
Mientras la pandemia originada por el COVID-19 seguía su curso, el proceso de digitalización de la agricultura se ha intensificado. Este es particularmente dinámico en el área de la extensión agrícola, cuya transformación hacia formatos digitales se ha visto acelerada por la crisis sanitaria, especialmente por la
reducción de la movilidad y la restricción de recursos públicos.
El avance actual de las tecnologías digitales ha permitido estructurar una nueva forma de comunicación con los productores y, con ello, un nuevo enfoque para explorar los servicios de extensión agrícola. Durante este proceso, la digitalización de la agricultura ha cambiado la manera en que se intercambian conocimientos en el mundo rural y ha reducido los costos de transacción, generando un nuevo marco para diseñar las políticas públicas.
En este contexto, se plantea la posibilidad de construir nuevos modelos para los sistemas de extensión, que sean abiertos y descentralizados, de carácter presencial y digital, con una mayor focalización en los aspectos cognitivos del proceso de intercambio de conocimientos (y no solo en los aspectos técnicos y procedimentales), en los mercados y en la organización económica y social. Estos nuevos modelos son lo que llamamos Sistemas Mixtos de Extensión Rural (SISMER), un esquema de organización variable, basado en herramientas digitales, que se adapta a todas las realidades institucionales y que, por tanto, es funcional a la realidad de cada país y de cada situación.
Este documento analiza las posibilidades que ofrece el SISMER para digitalizar áreas específicas de políticas públicas, especialmente la extensión y la comercialización. Se presentan algunas experiencias para ilustrar el rol de las redes sociales en estos nuevos sistemas de extensión rural.